dimecres, 8 d’abril del 2009

¡TIERRA TRAGAME! -1-

Ya no me silban los camioneros. Tal vez pueda dar la sensación de que lo digo con cierta nostalgia. Nada más lejos de la realidad. Nunca me gustó que me silbaran o que me piropearan por la calle, ni los camioneros, ni los albañiles, ni siquiera los chicos de mi edad. Odiaba llamar la atención, ¿La responsable? La timidez o …la inseguridad, llámese como más guste, y quizás también un cierto grado de “gafe” que favorecía o provocaba situaciones ridículas , meteduras de pata , etc.

Recuerdo que en una ocasión, iba caminando tranquilamente por la calle, cuando un grupo de chicos, que paseaba por la otra acera , empezó a piropearme exageradamente, ¡Ya estamos!, pensé. Una incómoda sensación de calor comenzó a trepar hacia mis mejillas y el nerviosismo y las ganas de largarme cuanto antes de allí hicieron que acelerara cada vez más mi paso, al tiempo que el grupo de “alocados admiradores” aceleraba más el suyo. Las personas que se cruzaban conmigo por mi acera , sobre todo las mujeres, me miraban y sonreían, ¡maldita la gracia que me hacía a mí!. Cuando la situación se me hizo lo suficientemente insoportable, hice acopio de valor, y haciendo un esfuerzo enorme por superar mi timidez, me giré y dije:

“¿Os vais a callar de una vez?”

En ese preciso momento, algo contundente me golpeó en la cabeza sin compasión. Sin saber muy bien qué había pasado intenté serenarme, y entre la confusión y el aturdimiento únicamente podía pensar una cosa:

“¡Quien será el PUTO CAPULLO que decidió instalar una farola precisamente aquí!”

Los chicos, dejaron de piropearme y pasaron directamente a reírse a carcajada limpia, mientras yo me moría de vergüenza.

Ese día aprendí algo muy importante:

“Las farolas deberían instalarse, siempre, en las fachadas de los edificios”

.

6 comentaris:

Cristina Poulain ha dit...

¡Qué grande!
Al más puro estilo Bridget Jones.
Así que te escondías por aquí :D
UN besoooo

Amanda ha dit...

Gracias Kris pero creo que en cuestión de gafadas incluso la supero a ella. JAJAJAJA

LUNA ha dit...

JAJAJA, imagino la situación y por nada me gustaría haber pasado por eso,que vergüenza.
Bueno ya pasaron unos años de eso, pero veo que te dejo marca, jajaja, o fue la farola????

Besitos

Amanda ha dit...

Luna: Bueno no se bien si me dejó marca o no, pero me gusta reirme de mí misma y todavia hoy me rio cuando me acuerdo de aquel dia, aunque en aquel momento no me hiciera ninguna gracia.Que no me la hizo.JAJA.Ahora quiero compartir estas cosas con vosotros para que os riais también, que es muy sano.
La verdad es que me sentí muy ridícula, pero con los años, me he acostumbrado y cuando me sucede algo similar, suelo reirme.
Habrá más...JAJAJA
Mil besos.

Anònim ha dit...

Jajajajajajjajaja ¡Por Dios! Me has hecho llorar y todo de la risa que me ha entrado. Ciertamente, una anécdota inolvidable jajajaja Vaya, de aquellas que das gracias por no haberla vivido tú. (Lo siento, pero es así.)
En fin, lo que no mata fortalece jejeje debes de tener la cabeza muy dura jajaja me alegro por ello. (Te lo digo con cariño y de buen rollo, ¿eh?)
Besos
(Cerilla)

Amanda ha dit...

Cerilla: Bueno no sé si tengo la cabeza dura...la farola no se quejó! ;)
Un beso